«Sentí cómo trazaba con los labios un camino de fuego sobre la cálida piel».
Pablo Duarte es bombero. Salvar vidas es su pasión y se ha dedicado a ello por completo. No obstante, es tan ardiente que hay otros fuegos que, en vez de apagar, enciende.
Adriana Vázquez hace malabares entre su negocio de catering, la familia y los intentos de vida privada. Ser una mujer empoderada no es fácil.
Los únicos momentos distendidos de sus vidas son las charlas que mantienen en el gimnasio. Creen que esa será la dinámica de su relación hasta que todo cambia una noche de fiesta. Desde ese momento, se verán de otra manera y los encuentros esporádicos y las citas inesperadas llenarán sus vidas de pasión.