«Era, en cierto modo, el hombre más rico de todos los tiempos, pero ¿le servía de algo?»
John T. Unger es invitado a pasar el verano en la casa de su compañero de clase, Percy Washington. Durante el viaje, este le confiesa que su padre es el hombre más rico del mundo y le promete que una vez lleguen a su destino podrá disfrutar de lo inimaginable. Sin embargo, las promesas de su amigo y las ansias de lujo del protagonista pronto se verán teñidas por las implicaciones de una riqueza de esta magnitud.
Este relato onírico, que fue rechazado por muchas revistas por ser demasiado incomprensible, blasfemo y desagradable, es una brillante sátira contra los extremos del capitalismo. El protagonista de El diamante tan grande como el Ritz es consciente de que libertad y pobreza no son compatibles pero, ¿de qué sirve ser rico si no se puede conseguir lo que realmente importa?
«Lo escribí exclusivamente para mi propio placer. Mi estado de ánimo se caracterizaba entonces por una absoluta ansia de lujo, y el relato se me ocurrió como un intento de saciar aquella ansia con manjares imaginarios».
F. SCOTT FITZGERALD
Del autor se ha dicho:
«Fitzgerald seguirá siendo leído cuando la mayoría de sus contemporáneos ya hayan sido olvidados».
Gertrude Stein
«Fitzgerald tenía una de las más raras cualidades que pueden darse en cualquier tipo de literatura... la palabra es encanto. ¿Quién lo tiene hoy día? No se trata de esribir de un modo preciosista, o con un estilo sencillo. Es una especie de magia tenue, controlada y exquisita».
Raymond Chandler
«Fitzgerald representa el estilo, la profundidad y la lucidez. Hay frases en sus libros que quedarán grabadas para siempre en la memoria. Bienvenido sea cualquier pretexto cinematográfico si sirve para que los lectores jóvenes descubran a Fitzgerald. Los viejos nunca hemos dejado de releerlo. La adicción que crea es para siempre».
Carlos Boyero, Babelia
«Fitzgerald era el mejor de todos nosotros».
Ernest Hemingway
«Fitzgerald es mi autor favorito».
Haruki Murakam