Nadie se cruza en tu vida por azar.
María es una mujer divorciada que, como tantas otras, continúa sumergida en la depresión, intentando encontrar un hilo de congruencia entre las docenas de recuerdos que se mezclan con montones de sospechas, con cientos de cosas que la hacen sentir incómoda y recelosa... También tiene un número infinito de culpas y absurdas explicaciones por la obstinación de alguien en quien confiaba a ciegas, quien emprendió una nueva vida con una mujer más joven que ella.
Decidida a enfrentar su duelo, María se niega a sí misma el derecho a encontrar una pareja bajo el pretexto de no querer darle un mal ejemplo a su hijo. Aunque en el fondo sabe que solo es un astuto disfraz que le permite negar su enfado, su rabia y su furia en contra del hombre que creía iba a ser para siempre.
Pero mientras en este juego del destino intenta aceptar que todo eso ha quedado atrás y que en este nuevo capítulo ya solo queda ella, la voz y la presencia contundente de Carlo trastocan de alguna manera sus esquemas generándole una inquietud cuyo trasfondo no alcanza a comprender.