Una traición, una venganza y una joven tan inocente como para creer en un hombre en el que nadie confía.
Lady Penelope Willeta Arden, hija de un duque y prima de otro, debería tener el poder de cambiar el mundo, pero un terrible error la despojó de esa capacidad nada más emitir su primer llanto. Pertenecía al sexo equivocado. Sin embargo, si algo caracteriza a Penny es su perseverancia -y su torpeza, aunque eso no viene al caso-, por lo que no se dará por vencida con facilidad.
Con el objetivo claro en mente de dotar de un futuro a todos los pequeños abandonados en hospicios y granjas, acude al Black Diamond en busca de ayuda. El dueño de aquel lugar ha financiado varias casas de acogida y Penny está convencida de que se mostrará encantado con su propuesta. Pero, al otro lado del escritorio, se encuentra a la última persona a la que esperaba ver allí...
Alexander William Lonsdale es un bastardo. En todos los sentidos. Desde su más tierna infancia, ha conocido la peor cara de la vida y ha aprendido a valerse de cualquier medio a su alcance para salirse con la suya. Cínico y hastiado, cuando lady Penelope aparece en su despacho hablando de educación y oportunidades está a punto de mandarla al diablo. Pero hace años que ha jurado vengarse del hombre que le robó el futuro y ella es una pieza clave de su vendetta.
En una sociedad hipócrita y llena de secretos, ¿logrará una joven ilusa devolver la esperanza a un hombre sin alma?