En La utopía arcaica, Mario Vargas Llosa nos acerca a la figura del novelista peruano José María Arguedas, una de las más importantes del movimiento indigenista latinoamericano, conocido por su compromiso revolucionario.
«Mi interés por Arguedas no se debe solo a sus libros; también a su caso, privilegiado y patético. Privilegiado porque en un país escindido en dos mundos, dos lenguas, dos culturas, dos tradiciones históricas, a él le fue dado conocer ambas realidades íntimamente, en sus miserias y grandezas. Patético porque el arraigo en esos dos mundos antagónicos hizo de él un desarraigado.»
Mario Vargas Llosa
Antropólogo, universitario e intelectual militante, Arguedas «fue un hombre bueno y un buen escritor, pero hubiera podido serlo más si, por su sensibilidad extrema, su generosidad, su ingenuidad y su confusión ideológica, no hubiera cedido a la presión política del medio académico e intelectual en el que se movía para que, renunciando a su vocación natural hacia la ensoñación, la memoria privada y el lirismo, hiciera literatura social, indigenista y revolucionaria», como afirma el propio Vargas Llosa.
Cruce entre la biografía, la historia y la crítica literaria, La utopía arcaica dibuja un fresco del contexto histórico del país, reseña la vida de Arguedas, matiza sus libros y trata de describir la inmolación de un talento literario por razones éticas y políticas.