Fechados en 2016 y 2017, los nuevos poemas en castellano de Pere Gimferrer surgen a la vez de una radical voluntad innovadora, presente en su poesía desde los inicios, y de una profunda familiaridad con la tradición poética española y universal, a la que el autor se enfrenta en versos quintaesenciados, densos, flameantes, llenos de imágenes poderosas, guiños en múltiples direcciones y una audacia verbal característica. "Claridad alcanzada que se desprende de la escoria alegórica, y que, tras ser tornado, vendaval y mascarada, vuelve al espacio desierto para convertirse en una ciudad alejada de la tierra, erigida en las llamas que sostendrán la Llama. Imagen pura, surgida libre y alta en cada verso, que crepita y estalla en las sinestesias, que resuena en el ritmo de las costuras internas. Como un diamante que permanece vivo en la coda final, donde una noche cerrada y transatlántica (hasta en sus llamas) evoca la fuente que mana y corre, aunque sea de noche, para nutrir la sempiterna llama de la poesía". (Aurora Egido)