Tras la dulce y tierna Rosas amarillas para conquistar a la señorita Remington, Ana F. Malory nos deleita con otra romántica y deliciosa historia.
Si te enamoras antes de cumplir tus sueños, ¿debes renunciar a ellos?
Alexander Timberlake, vizconde Gainsborough, es un hombre muy ocupado, tanto, que pretende casarse con una joven a la que solo ha visto en una ocasión y logró encandilarlo. Una vez sentadas las condicionesdel enlace, regresará a su atareada, aunque aburrida, vida en el campo dejando los preparativos de la boda en manos de la futura vizcondesa. Descubrirla de madrugada, en el puerto, a punto de embarcar rumbo al continente, le obligará a cambiar de planes y actuar en consecuencia.
Carla Talbot, cansada de la tranquilidad de la vida rural, ansía viajar, conocer mundo, correr aventuras... Casarse no forma parte de sus prioridades. La inesperada propuesta de matrimonio de un vizconde, al que ni siquiera conoce, será motivo de una discusión familiar y la excusa perfecta para emprender, sola, el viaje que siempre ha deseado hacer.
Conocer a bordo del Queen Elizabeth al atento, previsor y apuesto Sander Linton, hará que Carla se replantee su futuro y la clase de vida que desea llevar a partir de ese momento. Se siente dichosa y enamorada..., pero la sombra del vizconde se cernirá sobre ella, haciendo peligrar su felicidad.
En los blogs...
«Ha sido muy bonito ver cómo se van conociendo, cómo se van gustando, cómo se enamorar… Que ambos mientan sobre sus nombres auténticos consigue que la historia sea divertida, que te tenga deseando saber qué sucederá cuando se descubra todo el pastel. No me ha defraudado la reacción de hermanos y cuñadas de Carla, he disfrutado de lo lindo con todos ellos. Y el detalle final en el jardín... ¡Para comerse al vizconde a besos!»
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