Los hombres no sucumbimos a las grandes penas ni a las grandes alegrías vienen embozadas en una inmensa niebla de pequeños incidentes, y la vida es esto, de pequeños incidentes, y la vida es esto, la niebla. La vida es una nebulosa. Ahora surge de ella Eugenia.
Con Niebla, Unamuno inaugura un nuevo género, la nivola, donde se desarrolla una trama a través de diálogos, monólogos, olvidándose de la narración omnisciente e introduciendo la voz del autor interviniendo en la trama.
En esta ocasión, Unamuno nos plantea temas como el existencialismo y presenta la muerte de la idea del romanticismo frente a una mujer que defiende su independencia económica y de decisión.
En esta historia, Augusto que vive en un estado como de somnolencia se enamora perdidamente de Eugenia a la que intenta conquistar por todos los medios aunque sin ningún éxito. Este rechazo continuado y tortuosos le lleva, como ya lo hizo el joven Werther, a rondar la idea del suicidio.