Qué día más bueno

Autor
Waldman, Ayelet
Editorial
Penguin Random House Grupo Editorial España
ISBN
9788417125332
Idioma
Español
Publicado
2018
Formato
application/epub+zip
Marca de agua digital
9,99€

Un mes en la vida de una mujer, escritora, esposa y madre de cuatro hijos que busca la estabilidad depositando sobre su lengua dos gotas de LSD.

«Dos días después abrí el buzón y encontré un paquete. En el remite decía "Lewis Carroll". Dentro encontré un frasquito de color azul cobalto.»

Hasta entonces, Ayelet Waldman había probado todas las terapias imaginables, de la farmacopea al mindfulness. Pero las tempestades anímicas que le provocaba su trastorno bipolar eran insoportables; marido e hijos sufrían con ella.

Dos gotas del frasquito en la lengua y Ayelet se suma a la legión subterránea de ciudadanos que hacen un uso terapéutico del LSD en microdosis.

Durante un mes, esta abogada, escritora y madre de adolescentes, lleva un diario sobre el tratamiento. En él también explora la historia y los mitos que rodean al LSD y otras drogas, así como la lucha bizantina que el Estado les antepone. El resultado es un testimonio revelador, tan alegre como fascinante.

Críticas:
«El libro más divertido que he leído últimamente.»
Zadie Smith

«Una mirada curiosa y exhaustiva a las posibilidades terapéuticas de las drogas ilegales. Un libro fascinante y profusamente documentado.»
Nora Krug, The Washington Post

«Un manifiesto lúcido y coherente sobre cómo y por qué la empresa racista einmoral de la Guerra contra las drogas ha fracasado. Una obra apasionante y persuasiva.»
Claire Vaye Watkins, The New Republic

«Podría decirse que este libro es la particular guerra de Ayelet Waldman contra la propaganda que subyace a la Guerra contra las drogas, pero es también mucho más que eso y, sobre todo, mucho más divertido.»
Rebeca Solnit

«Un libro sincero, valiente y muy humano. Normalizando la discusión sobre el LSD, Waldman puede que un día ayude a otros a sentirse normales.»
Jennifer Senior, The New York Times

«Valiente, audaz, y por veces descarnado.»
Francisco Martínez, FANTASYMUNDO