Con Sepulcro de canciones, Orson Scott Card demuestra una maestría narrativa poco común. Es, sin duda alguna, uno de sus mejores relatos.
«Que siguiera viviendo me parecía una crueldad inimaginable. Que lograra ser relativamente feliz, una favorita de las enfermeras, me parecía incomprensible. Quizá fuera porque no tenía otra cosa que hacer. Una persona sin brazos ni piernas no tiene muchos modos de matarse.»
Elaine tiene cinco años cuando, a causa de un accidente de tráfico, queda huérfana y sin extremidades. Ya con quince, e ingresada en un sanatorio, recibe visitas regulares de su psiquiatra, con quien acaba estableciendo una relación especial. A él es a quien confiesa que de noche, mientras sueña, contacta con Anansa, una nave con consciencia que viaja por el espacio y que pretende cambiar su lugar por el de la joven. ¿Será real o solo fruto de la mente de Elaine? ¿Querrá esta intercambiar su capacidad de sentir por la movilidad que le ofrece la nave?
Un relato apasionante sobre el amor, la amistad, los límites del cuerpo humano y las fronteras de la mente.