El autor de El orden del día (Premio Goncourt 2017) narra, en un relato subyugante, los episodios desconocidos del estallido de la Revolución francesa.
La Historia suele contar la toma de la Bastilla desde el punto de vista de grandes personajes que, en realidad, nunca estuvieron allí: en esta obra, se cuenta la historia de quienes sí se hallaban allí ese preciso día, el célebre 14 de julio de 1789. Sus protagonistas eran gentes anónimas, impulsadas por el hambre, el malestar, la carestía de lo indispensable. Pero antes de seguir los pasos de estos desconocidos revolucionarios, Vuillard retrocede unos meses para relatar la rebelión de los trabajadores de las manufacturas Réveillon, que vieron recortados sus salarios, y cuya cruenta represión causó más muertos que los del 14 de julio. También se detiene en narrar cómo se vivía en esos momentos en la gran corte de Versalles, así como el trasfondo económico y social que provocó el levantamiento. Pero sobre todo sigue, hora a hora, de manera vibrante y apasionada, cómo individuos sin derechos convulsionaron un régimen arcaico para dar un nuevo sentido a la historia. Y relatar la historia, advierte el autor, «es una manera de mirar el presente».