El libro perfecto de plegarias para las madres ocupadas de hoy.
Como mujeres podemos sentirnos exitosas en muchas áreas profesionales o domésticas. Sin embargo, cualquier mujer que sea madre, y que sea honesta consigo misma, llegará a la misma conclusión: Si bien podemos acumular logros y trofeos, diplomas y menciones honoríficas en diversas áreas, en el arte de la maternidad solemos enfrentar constantes fracasos y resbalones. Siempre hay algo más que podemos hacer; de hecho, también en muchas ocasiones nos arrepentimos de cosas que decimos o no expresamos.
Toda madre necesita ayuda: Ayuda de su pareja, de sus padres, de su círculo de amigos. Pero en el arte de criar a un ser humano, se requiere ayuda sobrenatural. Necesitamos a Dios. Acudir a Dios en oración es lo más sabio que toda madre puede hacer. Por eso, te invitamos a orar junto con nosotros durante ciento ochenta días, en un ejercicio de humildad y dependencia, de alabanza y adoración, de búsqueda y encuentro. Doblemos las rodillas, inclinemos la cabeza, alcemos las manos, dejemos que las lágrimas corran o la risa refresque: Dios oye la oración de una mamá que quiere hacer su voluntad. Con esa promesa en mente, pidamos a Él la ayuda que tanto necesitamos.