Una síntesis perfecta de Fernando Peña. Lo vimos en teatro, lo
disfrutamos en radio, y nos faltaba algo más, mucho más. Estas páginas
son un legado visceral y sincero.
Fernando Peña era un observador agudo, una mente privilegiada con un
talento tan cautivante como irrepetible. Sus virtudes eran muchas.
"Ezquizopeña", como llamó a algunas de sus obras, es un término que
define su brutal genialidad.
A Peña nada le era indiferente ni le pasaba inadvertido. Era permeable
como pocos. Apenas ingresaba a un lugar podía percibirlo todo: la más
sutil fragancia, el estado de las cosas...
Había temas que lo obsesionaban. Odiaba que deformáramos el lenguaje
para hablar. Podía corregirte frente al mínimo error. Detestaba la falta
de pasión. Le fascinaba la vida de hotel cinco estrellas. Cuando Buenos
Aires ya no tiraba buenos aires, lo aliviaba sentirse extranjero en su
propia ciudad. Lo reconfortaba sentir esos olores a otros países que
tienen los hoteles. Cuando se cansaba volvía al caos, a su caos.
«A que no te animás a leer esto» es un recorrido por todos los temas que
lo conmovían. La pasión, el odio, los oficios, las miserias, lo que
hacemos cuando nadie está mirando, la muerte, la familia, la locura, el
orden, la política, el tiempo que se nos va, las fiestas. Un libro
divertido, desopilante y único, como su autor.