Urgain permanece bajo las aguas: el pueblo que un día fue, con sus gentes y sus historias, ha sido engullido por un pantano, construido en nombre del progreso pero impulsado por la sed de dinero. Sin embargo, al igual que casas y plazas, piedras y calles salen a la luz en tiempos de sequía, así reviven sus recuerdos y vivencias las personas que allí vivieron.