"No estoy de acuerdo con la idea de que el universo constituye un misterio que cabe intuir pero que jamás llegaremos a analizar o a comprender planamente", afirma Hawking en el prólogo. Y al hacerlo, le hace justicia a la revolución científica iniciada hace casi cuatro siglos por Galileo y desarrollada por Newton. Ellos demostraron que algunas áreas del universo no se cojmportan de manera arbitraria, sino que se hayan gobernadas por leyes matemáticas precisas. Todavía es mucho lo que no sabemos o entendemos acerca del universo; pero el gran progreso logrado, sobre todo en los últimos cien años, debe estimularnos a creer que el entendimiento pleno no se encuentra fuera de nuestro alcance. Esta es la firme creencia del autor de estas páginas, convencido de que pugnar con conseguir una teoría definitiva acerca del universo es mucho mejor que desesperar de la capacidad de la mente humana. Tal vez no estemos, después de todo, condenados a avanzar a tientas en la oscuridad. Este libro da fe de esta luminosa posibilidad.