Aunque el título lo sugiera, esta no es una novela romántica: es una historia de amor real. Todo lo que en ella es narrado es verídico, la mayor parte basada en documentación escrita, fotográfica y fílmica. “Para la pequeña porción restante –explicó el autor– he apelado a mis recuerdos, que sólo he tomado en consideración cuando no he tenido duda alguna acerca de la fidelidad con la que los hechos fueron registrados por mi memoria”.
Entre episodios y personajes minuciosamente relatados, surgen desde mediados del siglo pasado postales de una Argentina de casi tres décadas. Seguramente, este libro prueba cómo muchas veces las historias comunes, aquellas a priori rotuladas de consumo privado o íntimo, son capaces de saltar a la consideración pública. Entre momentos de dicha y de inevitables opuestos, el camino de los protagonistas resulta así en un espacio de contemplación mucho más amplio que el diseñado originalmente por el autor.