Ella no confía en nadie; él no puede permitirse perder la confianza en sí mismo.
Ava solo sabe huir de su pasado. Cuando cierra los ojos, la invaden pesadillas de una terrible noche; cuando los abre, su mayor preocupación es mantener la beca que obtuvo para la universidad.
A Derek solo le importa su futuro. Aunque lleva más de un año lejos de las pistas, hará de todo con tal de volver y convertirse en un piloto de carreras exitoso.
No estaba en sus planes conocerse tras una desafortunada visita al hospital ni pasar el resto del semestre trabajando juntos en un proyecto de Filosofía. Bañados por la luz del alba, irán descubriéndose poco a poco, develando el pasado que cada uno, con tanto esfuerzo, ha intentado olvidar.
Tazas de café espresso, clases de conducir, y amaneceres anaranjados.
A veces, ir de copiloto no significa conocer el destino.