A Anita le encanta visitar la casa de su abuela, que huele a galletas, flores y lápices de colores. Un día, Anita se fijó en el señor que vivía en la calle del frente, así que le dibujó una manta para que no tuviera frío y tallarines con salsa de tomate azul para que no pasara hambre. Cada vez que Anita le lleva el dibujo, la abuela trataba de ver al hombre, pero no lo conseguía, hasta que…