A partir de la idea de que no existe interpretación histórica inocente, la autora analiza la postura adoptada por Alfonso Reyes en sus ensayos del México prehispánico al siglo xx. Según Houvenaghel, Reyes se valió de distintas formas literarias al exponer una argumentación que conciliara los intereses de hispanistas e indigenistas para llegar a la identidad hispanoamericana.