«Ahora esa tierra yerma será ocupada por los muertos de una guerra inusual, una guerra sin armas ni consignas».
Cuando Perú alcanzaba la mayor tasa de mortalidad por covid-19 en el mundo, Joseph Zárate acompañó a un grupo de hombres y mujeres encargados de realizar el difícil trabajo funerario para las víctimas de la pandemia. Junto a estas personas de la «última línea» deresistencia contra el azote del virus, el autor de estas páginas recorrió casas, calles, hospitales, agencias funerarias, crematorios y cementerios de Lima para mostrar la estremecedora experiencia de quienes hicieron posible el viaje final de los muertos enmediode un escenario de miedo, duelo e incertidumbre. Algo nuestro sobre la tierra reúne estos testimonios y los funde en un canto comunitario de pérdida y desolación. Un coro que emerge de las entrañas de un país devastado por la peste y el abandono de sus instituciones. Sus páginas nos recuerdan el frágil lazo con la vida y el deseo de que, en palabras de su autor, «cuando volvamos la vista atrás meditemos en lo que hoy debemos hacer nosotros, los que quedamos vivos».