«Este libro se me apareció en parto súbito en la noche del viernes 24 de febrero de 1995. Fue, por menos de o casi más de un día de escritura incesante, una crónica familiar de los ancestros de mi madre que yo había oído, desde la niñez, de su boca y de las de mi tía vieja, mis primas, tíos y primos. Cuando empecé a delirar e imaginar terribles escenas no escuchadas nunca, supe que debía transformarla en novela […]. El origen de la invención es verdad legendaria de familia transmitida por línea femenina; sus adornos, algunos –pocos, ¿muchos?– excesos y demasías y asuntos crudelísimos y apariciones divinas me ocurrieron en éxtasis de horror o maravilla. No sé qué se aparta de la verdad ni qué se acerca a la mentira. No sé qué es la mentira. No sé qué digo. Pero sé que digo. Y sé que es verdad.»