Una sensibilidad y una cultura tan explosiva y sorprendente como la de este siglo produce un arte semejante, que pretende fundir todos los hallazgos anteriores de un modo demasiado controvertido. Pese a todos sus descubrimientos particulares, el arte del XIX no consigue un sello de calidad como los siglos anteriores (Renacimiento y Barroco, por ejemplo), sino que mezcla todos sus descubrimientos para hacer brotar diversos estilos poco convincentes.