En el siglo XVI, habitualmente conocido como “cinquecento”, se prolonga este genio artístico italiano que alcanza cotas poco conocidas en Europa y, a nuestro juicio, en el mundo entero. Apoyándose sobre los descubrimientos del siglo anterior, aparecen ahora los grandes genios del arte italiano de todos los tiempos que trastornan definitivamente la historia del arte mundial. Esta conmoción artística italiana sólo puede compararse al clasicismo helénico del que hemos hablado. Si aquél fue la más elevada expresión del talento antiguo, éste constituye el mayor fruto del espíritu europeo occidental moderno.