José Clemente Orozco (1883-1949), el mayor de los muralistas mexicanos, construyó en este libro un testimonio único. Sus páginas están cargadas de un enorme valor personal e histórico, toda vez que en ellas Orozco consignó sus años de formación en la Academia de Bellas Artes de San Carlos, su inmersión en la pintura mural, sus realizaciones en Estados Unidos y su viaje a Europa. Orozco fue testigo y parte del pasado reciente de México: en los sainetes, dramas y actos de barbarie de la lucha revolucionaria y en los trabajos y los días de la reconstrucción nacional. Junto a la fabulosa vida de Diego Rivera junto a los avatares —dignos de un político renacentista— de David Alfaro Siqueiros, la Autobiografía de Orozco es como su pintura: directa, sarcástica, esencial, más que humana.