La vida pública en la España de Felipe III y del duque de Lerma fue muy diferente respecto a la de épocas precedentes y posteriores. La conclusión de antiguas y frustrantes guerras; la limitación del poder y la contención de la altivez de la Inquisición; un gobierno a menudo menos sospechoso y menos rígidamente autoritario que en tiempos de Felipe II, permitieron
un período de importante desarrollo de la esfera
pública y de la cultura política. Como telón de fondo,
la extraordinaria efervescencia intelectual representada por el teatro barroco, la narrativa picaresca, el arbitrismo¿