El camino de la luz siempre nos lleva a casa, nos lleva de regreso a
Dios.
"No estamos solos, en verdad no lo estamos", repite Juliana Acosta a lo largo de este libro. Tenemos unos ángeles maravillosos que nos aman, nos acompañan y nos ayudan tanto como pueden en cada paso de nuestro camino. Sin embargo, eso no quiere decir que nuestra vida sea fácil. Estamos aquí para aprender, para crecer y para cumplir una misión, y eso implica retos que a veces parecen imposibles, dificultades que no queremos enfrentar y momentos de profundo dolor. Pero si sabemos que nuestros ángeles nos guían con su amor divino, serán menos traumáticas y se convertirán en valiosas lecciones de vida. Y si aprendemos a abrir nuestros canales y a cultivar todos los días nuestra conexión con la luz a partir de los consejos que nos dan Juliana, los arcángeles y los ángeles en este libro, nos llenaremos de paz y de alegría para recibir todo lo que el Universo tiene para ofrecernos.