Quienes visiten la provincia más occidental de Canadá deben meter en la maleta una copiosa provisión de superlativos; los adjetivos "espectacular", "impresionante" y "pasmoso" pueden quedarse cortos. Por fortuna, no resulta difícil loar las formidables montañas, profundos bosques y costas maravillosas.
• Estirar las piernas en el impresionante rompeolas de 8,8 km de Stanley Park.
• Hacer surf con una tormenta (o verla) en la costa occidental de la isla de Vancouver.
• Probar algunos vinos famosos en un circuito por las bodegas del Valle de Okanagan.
Incluye: Vancouver, Whistler, Isla de Vancouver, Islas meridionales y del Golfo, Valle de Okanagan, Las Kootenays y las Rocosas, Cariboo, Chilcotin y la costa y Norte de Columbia Británica.