Las dos estrellas de Manitoba son Winnipeg, con su sofisticación urbana, y Churchill, con su profusión de maravillas naturales. Pero es la suma de ambas lo que define de verdad esta provincia de las praderas harto incomprendida. Los espacios abiertos se antojan interminables: suaves y ondulados campos de cereales, girasoles y flores silvestres que se extienden al norte hasta la tundra ártica.
• Deleitarse con los osos polares, las belugas y un antiguo fuerte en Churchill.
• Hacer senderismo y piragüismo por la naturaleza en Riding Mountain National Park.
• Ahondar en el pasado en Canadian Museum for Human Rights, un museo que combina las exposiciones interactivas con la arquitectura vanguardista.
Incluye: Winnipeg, Lago Winnipeg, Hecla/Grinstone Provincial Park, Brandon Riding Mountain National Park, Thompson y Churchill.