Esta tierra salvaje y poco poblada, donde casi todas las especies de cuadrúpedos superan en número a la humana, encierra una majestuosidad y una belleza que solo pueden apreciarse en persona. Pocos rincones del mundo han permanecido tan inalterados a lo largo del tiempo. Los aborígenes, que han logrado sobrevivir en ella miles de años, siguen cazando y poniendo trampas como siempre. La "fiebre del oro" de Klondike (1898) marcó la cota máxima de población, pero dejó una herencia efímera.
• Empaparse del ambiente moderno de Dawson City, la ciudad histórica más auténtica de Canadá.
• Pasar un día más en la sorprendente y cultural Whitehorse.
• Contar alces y osos en la increíble Klondike Hwy: puede haber más que coches.
Incluye: Whitehorse, Carcross, Carmacks, Minto, Stewart Crossing, Dawson City y Parques árticos.