Joaquín de la Cantolla estuvo destinado a cumplir uno de los anhelos más antiguos del ser humano: volar. Sustentado por el entusiasmo, la audacia y los conocimientos de aeronautas que lo precedieron y por sus contemporáneos, se sumergió en los secretos de la aerostática. Las hazañas que realizó sobre los cielos de México fueron admiradas tanto por liberales como por conservadores, en tiempos de la Reforma, el Imperio de Maximiliano, la República Restaurada, el Porfiriato y los primeros años de la Revolución, convirtiéndolo no solo en un as de la aeronáutica sino en protagonista y testigo del México de entre siglos.