En el interior de las casas más concurridas de la colonia, la vida familiar se abre paso mientras las revoluciones avanzan. Eduardita quiere estudiar y su tío, el General Rosas, confía plenamente en ella; Mariano no soporta que su hermano mayor tenga permisos a él negados, pero los dos cuidan de Remedios; Manuelita es la luz de los ojos de su padre y bailan juntos en los candombes; Lavalle da una orden que lo atormentará de por vida.