Desde sus primeras líneas, este curso instituye una brújula: la orientación transferencial respecto de Lacan. Su perspectiva anuda el trípode clínico, político y epistémico, sostén de nuestra práctica, que evoca que nuestra acción se sostiene en una ética que va contra el hábito y la rutina, en la medida en que valoriza la función del deseo decidido como efecto de una causa, el objeto a, del cual no se puede dar cuenta mediante la razón. Su consistencia se evidencia sobre el fondo de una discontinuidad. Si la ley es continuidad, la causa introduce lo heterogéneo.
Causa y consentimiento es un binario consistente que funda la fórmula "Siempre somos responsables de nuestra condición de sujetos" –piedra basal para el asentimiento de la posición subjetiva. Su perspectiva clínica nos sumerge en consideraciones que ningún practicante debe desconocer. Conceptos como la responsabilidad del analista, el estatus de la demanda y la función de las entrevistas preliminares encuentran en este curso toda su importancia. Se destaca también el valor de la interpretación, que no depende de la aprobación del analizante, sino que se funda en la expulsión del asentimiento del sujeto respecto del campo de la estructura, para así orientarnos en la búsqueda de la causa, que es ante todo la causa del mal. Ella es la que empuja al análisis, como preámbulo para evidenciar la causa del deseo en su lazo con el goce –condición necesaria para que en el trabajo analítico se proceda a la hystorización del analizante.
Los años 1987-88, anteriores a la fundación de la Escuela de la Orientación Lacaniana y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, fueron de gran efervescencia en el Campo Freudiano. Jacques-Alain Miller dicta este curso en ese marco, dando una orientación precisa que permite constatar cómo nuestra práctica no se reduce a un saber hacer. Esos años de agitación productiva tuvieron como corolario este excelente curso que ahora se publica.
Oscar Zack