A casi treinta años del estreno de Solo se vive dos veces, quinto filme de James Bond protagonizado por Sean Connery, Takao Saito, el responsable de adaptar al manga las aventuras del agente secreto, sufre un ataque al corazón. Su repentina ausencia gatilla la búsqueda de la versión que hiciera de aquella clásica película —la única rodada por entero en Japón—, cuyo paradero se desconoce.
Siguiendo la pista del manuscrito, cual líneas de oro que brillan en los surcos de una taza de té rota, Michiko, estudiante nikkei de intercambio, aspirante a mangaka y fanática de la moda gothic lolita, viaja a lo largo de la isla asiática, descubriendo en el trayecto los secretos que unen al dibujante con las hermosas protagonistas de la saga Bond.
Ambientada a finales del siglo XX, Chicas Bond, sexta novela de Enrique Planas, crea un universo de sensibilidades en el que la estética japonesa y lo hollywoodense configuran, con estremecedora armonía, una historia sobre la pérdida, el deseo y la búsqueda ineludible de la identidad.