Cuando la niebla matutina cubre la brumosa Chiloé se intuye que algo diferente se esconde en el horizonte. Isla Grande de Chiloé es la quinta isla por tamaño de Sudamérica, hogar de un pueblo marinero muy independiente. Los cambios más evidentes se ven en la arquitectura y en la cocina: las tejuelas, las famosas tejas de madera chilotes; los palafitos (casas sobre pilotes al borde del agua); las icónicas iglesias de madera (16 de ellas son Patrimonio Mundial de la Unesco) y el curanto, el famoso guiso de carne, patata y marisco. Pero una mirada más profunda revela una rica cultura espiritual basada en una mitología propia plagadade brujos, barcos fantasma y seres del bosque.
• Arrodillarse boquiabierto en las iglesias de madera de Chiloé.
• Practicar senderismo hasta el Muelle de las Almas.
• Salir en kayak por Chepu, un bosque sumergido.
Incluye: Ancud, Quemchi, Dalcahue, Isla Quinchao, Península de Rilán, Castro, Parque Nacional Chiloé, Parque Tantauco y Quellón.