El día de su cumpleaños veintiuno Paulina Uscátegui Caicedo decide buscar a su padre ausente. La motiva el descubrimiento de una nimiedad inquietante: su nombre de pila había sido también el código usado por sus padres para ocultarse de los demás. Buscarlo será entrar a la adultez. Entrar a la adultez será su forma de matarlo.
Entre la iniciación al feminismo, los diálogos truncos con la familia paterna, la presencia proveedora de la madre y el telón de fondo de una ciudad en dos tiempos –los años noventa y el presente–, la narradora de esta historia da cuenta de la libertad de recorrer las montañas en soledad y de encontrar una identidad propia.
Novela de formación de una mujer que encara el tormento de tener un nombre que no la identifica. La ruta vertiginosa que Catalina Navas inicia con Correr la tierra es una que muchos intentamos recorrer: la reparación de los daños causados por quienes tienen el encargo de cuidarnos. Nuestra propia familia.