Esteban Espósito llega a un congreso de literatura en Córdoba sin saber que en esa ciudad tan mítica como real, donde el tiempo parece comportarse de un modo inexplicable, pasará las treinta y seis horas más decisivas de su vida. Es octubre de 1962, plena crisis de los misiles, el planeta entero puede volar por los aires en cualquier momento. Cada acto de esas horas se magnifica y profundiza en la conciencia de Espósito. Benzedrina, alcohol, sexo, el significado de la literatura y, por debajo de la exasperada superficie, un viaje iniciático que lo conectará con el orden oculto del mundo, con el sentido secreto de una elección, con el demonio que habita en el fondo de todos nosotros. Una novela en la tradición de Goethe y Thomas Mann, de Arlt y Marechal, que deslumbra por su hondura metafísica y su perfecta arquitectura.
"Te dejo embarullar todo y mentir", le dice el Diablo a Esteban. "Pero no falsear algo. A mí. Yo debo ser así. O sea, casi no ser". No es la menor de las paradojas que el personaje más memorable, quizá, de Crónica de un iniciado sea el que declara no haber existido nunca. Pero hace algo mejor: desafía a Espósito a reconocer su propia cara en el espejo. Lo anima con lengua arpada a vivir con los ojos abiertos, y con él, al lector de este libro".
GONZALO GARCÉS