Lola es una mujer de treinta y nueve años, divorciada, con un hijo y que jamás se había planteado que su vida pudiera cambiar a peor al cruzar la fatídica frontera de los cuarenta. Sin embargo, su amiga Rita está a punto de arrastrarla al pesimismo, pues le insiste una y otra vez en que las cuarentonas se vuelven invisibles a los ojos de los hombres, se quedan sin juergas y el reloj les dice que ya es demasiado tarde para muchas cosas. Lola decide entonces cargarse cada uno de esos terribles augurios y demostrar que sentirse «cuarentañera» en lugar de «cuarentona» es sólo cuestión de voluntad. Y a partir de ahí le llegan regalos tan inesperados como el comienzo de una nueva carrera, un tórrido romance con un yogurín extranjero y, por fin, el amor de su vida. Nunca es tarde para nada cuando una mujer se lo propone.