La poesía de Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695) conforma un amplio universo radiante. Por si sola representa una de las cumbres de la literatura en lengua española, no nada más de su propio siglo —el crítico y contradictorio siglo XVII— sino de cualquier tiempo. Su musicalidad, ingenio, ironía, familiaridad, excelencia, alegría o sobriedad, hace de todos y cada uno de los poemas una prodigiosa celebración de la armonía, que en Sor Juana es superior, entre la forma y el contenido. Obra sin duda de su tiempo —señalado por una manera singular de sentir y decir: el barroco—, escrita incluso a contrapelo de una sociedad que a fin de cuentas fue avara con ella, la poesía de Sor Juana en realidad pasa por encima del tiempo y vive con una frescura y excepcional provecho en las manos de cada lector.