Segundo volumen de la trilogía «Maestra», que ha estado en boca de miles de lectores en todo el mundo.
El pasado de Judith Rashleigh la persigue de nuevo. Un juego frenético en el que, ahora, si no gana, muere.
Judith Rashleigh nos ha demostrado cómo, gracias a su trayectoria sangrienta, ha podido pasar de ser una becaria explotada en una casa de subastas a convertirse en una marchante de arte internacional. Sí, Judith ha dejado una estela de sangre en su camino, pero su nueva vida como galerista en Venecia, rodeada de elegancia y codicia, representa todo lo que siempre ha querido ser. Y, además, a puerta cerrada, la alta sociedad ofrece un montón de lujuriosas actividades de las que Judith continúa disfrutando.
Mientras ella maquina su futuro en medio de este sofisticado ambiente en Italia, su pasado reaparece de nuevo; Judith creía haber huido de París sin dejar rastro, pero cometió un pequeño error, un detalle que la puede señalar directamente como culpable.
Una vez más, Judith se encuentra en una encrucijada y siente que su única opción es escapar. En su huida constante, Judith entrará en contacto con la escena artística underground de Serbia, se moverá por los distritos más insalubres de París y se dejará llevar por el hedonismo de la comuna de St. Moritz, en una carrera contrarreloj por no ser descubierta. Lo que Judith aún no sabe es que sus enemigos la han invitado a un juego peligroso que va más allá, mucho más allá, del mundo del arte.
La crítica ha dicho...
«Tiene todos los elementos para convertirse en algo parecido a una antiheroína: libre, descarnada, voraz, y muy real.»
Isabel Valdés, El País
«Judith es uno de los personajes femeninos más apasionantes de los últimos años.»
Elena López Ávila, Telva
«L.S. Hilton haceuna labor excepcional y nos ofrece una líder narrativa casi perfecta, muy carismática y ajustada a su rol.»
Revisa Krítica
«Caerás rendido con esta serie porque Judith Rashleigh es mucho personaje, un veneno para el que no hay antídoto.»
Kayena Libros
«Una historia llena de acción, sexo y arte, mucho arte.»
Papel en blanco