La situación parte de un esquema clásico: un matrimonio lleva una vida feliz y armoniosa hasta que el marido descubre fortuitamente que la esposa ha tenido una aventura, cuyo alcance ignora, con su socio y amigo. A raíz de este descubrimiento, la relación se va deteriorando a pasos agigantados, mientras el marido se debate obsesivamente ante el dilema que se plantea: ¿qué podría soportar mejor: la comunión espiritual entre la mujer y el intruso, o la lujuria desencadenada, que podría ser tan sólo un «capricho de la carne»? «¿Dúo o duelo?»: así rezaba la faja publicitaria de la edición francesa original de este libro. Colette, feminista avant la lettre y sin alardes extraliterarios, muestra con extraordinaria agudeza psicológica el contraste entre la actitud de la mujer –un personaje adulto, desculpabilizado– y la puerilidad moral del marido. El conflicto sucede en una casa de campo, con la verja como testigo y la gente del pueblecito como telón de fondo; gente que husmea y que adivina las más secretas verdades de los «señores», obligados a fingir absoluta normalidad a causa de la sacrosanta obligación de guardar las apariencias, mientras se desencadena una tormenta en sus vidas. La recuperación de Dúo que ahora presentamos viene acompañada de un prólogo de Milena Busquets que es un elogio encendido y una abierta declaración de deuda con esa escritora voluptuosa y vitalista, penetrante, enérgica y virtuosa, que conserva intactas su lucidez y capacidad transformadora.