Una mirada inteligente sobre la historia y la costumbre de mantener a
los animales encerrados en distintas ciudades.
Los zoológicos son lugares de diversión y recreo pero también son
espacios políticos de admiración, preservación, canje, intercambio. Mao
le regala a Nixon un panda cuando este visitó China. Los animales vistos
en toda su escala, desde la aparente indefensión de las jaulas a la
ferocidad emblemática en las distintas mitologías, por una observadora
tan atenta que produce asombro y sorpresa en cada uno de sus recorridos.
Un libro conceptual y divertido -preciso, económico-, nada pomposo, que
nos permite seguir pensando con una sonrisa en los labios.