Doce cartas a María Victoria Moreno (de la autora Ánxela Gracián) es una biografía novelada narrada por uno de sus personajes más entrañables, el lobo Garimoso, ese que en su libro Mar adiante pasa varias noches con la niña Mariquiña sin comerla, porque ella lo soñó bondadoso.
Fascinado por esa nueva vida de lobo que no se ve obligado a comer caperucitas, Garimoso inicia la lectura de todos los libros de María Victoria Moreno, tanto los escritos por ella como los que sobre ella se escribieron y, después de sumergirse en esa lectura fascinante, decide mandarle estas doce cartas en las que recorre la vida y obra de esta interesante escritora gallega a pesar de nacer en Extremadura.
Rememorar su infancia
Así, rememoraremos su infancia como paraíso perdido; las vivencias de la juventud y las aspiraciones de esta estapa; su concepción de la docencia en la que defiende una enseñanza responsable y respetuosa que introduce los afectos en el aula, así como los gustos y las inclinaciones; las lecturas; los gozos; la lealtad eterna a los amigos y a los maestros -a los de de papel y los de carne y hueso-; el sentido épico de la vida y, finalmente, la escritura como único exorcismo ante el dolor de sabernos perecederos.
Partiendo de una documentación verificable y de hechos efectivamente acontecidos en un tiempo y en un espacio, el libro nos acerca –con una narración ágil e imaginativa en la que destacan los diálogos divertidos– a la vida auténtica y al legado literario de la escritora María Victoria Moreno, gallega de sentimiento y de adopción desde que vino a vivir a Galicia la mediados de los años 60 y asumió su lengua como propia, siendo el gallego desde entonces la lengua con la que habló con el mundo y contribuyendo con su trabajo incansable a la consolidación de nuestra literatura y cultura .