La historia de México en el siglo XIX fue de turbulencia y regeneración. El joven país afrontó guerras civiles, invasiones militares, pérdidas territoriales y una interminable convulsión social. Fue también una época de patriotas y pensadores. Así lo entendió José C. Valadés, quien se propuso investigar a algunos de los principales personajes de nuestra historia decimonónica, con el fin de liberarlos de la imagen “satánica o apolínea” que se les asignó a partir de las versiones de los hechos usualmente aceptadas. Valadés enlaza los recursos estilísticos de una prosa ágil con la minuciosa investigación en archivos y hemerotecas para presentar la vida de Melchor Ocampo. El suyo es un ejemplo de heterodoxia, en cuanto buscó deslindarse de la visión predominante en su tiempo, heredera de la historiografía posterior a la Revolución mexicana, a la que también examinó con agudeza.