La muerte de un hijo constituye una verdadera conmoción existencial, la más severa por la que un ser humano puede transitar en vida y para la que no existen referentes. A través de la experiencia de los creadores de los grupos Renacer, este libro se propone una gran ayuda para todas aquellas familias que estén pasando por un momento así.
No existe un nombre para denominar la muerte de un hijo. Frente a esta experiencia, la palabra empalidece y calla, y la pregunta por el sentido de la vida se hace urgente y acuciante. Encontrar el sentido que yace latente, más allá de la tragedia, es el gran desafío. Pues, una cosa es lo que nos pasa y otra muy diferente qué hacemos nosotros con eso. Frente a lo que no podemos cambiar, tenemos aún la libertad de elegir la actitud con la que afrontamos lo que nos toca vivir. Esa es nuestra responsabilidad ante el hijo que ya no está, los que nos rodean y necesitan, nosotros mismos y la vida. Los hijos viven ahora en el reino del amor y la compasión total. Los lazos de amor que nos unen a esos seres tan amados no se interrumpen jamás.
Donde la palabra calla es el resultado del camino que emprendieron Alicia y Gustavo al partir su hijo Nicolás. Ellos se dieron cuenta de que, extendiendo la mano a otro ser sufriente, la vida adquiría un sentido incondicional. Fue así como crearon Renacer, un grupo de ayuda mutua de padres que enfrentan la muerte de sus hijos. La experiencia de ambos y su mirada iluminadora ponen palabras a aquello que parece insondable. Este libro es el mejor modo de extender la ayuda que han realizado en persona para llegar a todos aquellos que lo necesitan. Porque una vida plena es nuevamente posible.
Alicia y Gustavo han construido una red de padres y madres para compartir el dolor y encontrar un sentido a la vida en homenaje a los hijos que se fueron. Hacen una crítica radical, severa, a todos los intentos de autocompasión, de abandono de sí, una crítica que solo ellos pueden hacer porque nace de la misma fuente doliente.
Tomás Abraham