La parte sur de la espina dorsal de los Andes ecuatorianos escolta a los viajeros más intrépidos por frondosos valles que ocultan ciudades virreinales en tonos pastel y aldeas remotas donde pervive la cultura indígena. Y, salvo en Cuenca, la famosa capital regional, las carreteras y caminos están mucho menos transitados.
Pasando de fríos bosques enanos a selvas húmedas de tierras bajas, la región alberga cientos de especies de aves, miles de plantas y un montón de mamíferos. La gran diversidad de estos hábitats hace casi obligatoria la visita a al menos uno de los grandes parques nacionales de la región.
• Cuenca: Pasear por las calles adoquinadas de esta ciudad colonial, Patrimonio Mundial de la Unesco.
• Parque Nacional Cajas: Ir de excursión a los inquietantes páramos llenos de lagos de este ventoso parque.
• Ingapirca: Reflexionar sobre los misterios de ingeniería de las ruinas incas más importantes de Ecuador.
Incluye: Cuenca, Alrededores de Cuenca, Parque Nacional Podocarpus, Zamora, Vilcabamba, Zumba y la frontera peruana, Catacocha, Macará y la frontera peruana.