Monseñor Héctor Aguer es, desde hace casi veinte años, la voz pop de las ideas más conservadoras de la Argentina. Sus cruzadas contra el sexo no reproductivo, la cultura del rock y las políticas de Estado que no se rinden al dogma católico han sido inolvidables y lo han vestido con los hábitos de un restaurador de otras eras.
Pero ¿quién es, en realidad, este custodio cuya moral cerrada no podrían sostener ni los ángeles? Detrás del sacerdote y sus reclamos hay un hombre al que no han dejado de tentarlo el ascenso de clase ni la tibieza del poder.
En El último cruzado, Pablo Morosi y Andrés Lavaselli iluminan los pasillos secretos que nos llevan a la versión más humana y desconocida de Aguer. La que nos acerca a su soledad y a sus compañías. Las operaciones ocultas detrás de su ascenso (y de su derrumbe), las conexiones de sus padrinos con el Vaticano, su rol en la caída del Banco de Crédito Provincial del que desaparecieron 67 millones de dólares en los años 90 y su relación de recelo y competencia con Jorge Bergoglio antes de que fuera consagrado Papa corren por este libro como líneas frenéticas de un thriller de catedral.
El último cruzado cuenta la historia de la Iglesia católica argentina de los últimos treinta años y de una de sus autoridades más encumbradas. De ese encuentro, el lector obtendrá las revelaciones de una época –que aún no terminó– en la que religión, política y personas demasiado humanas configuran un relato fascinante.