Valentina trabaja con su amiga Victoria en una librería especializada en ediciones antiguas y para coleccionistas. Compra, vende y restaura todo tipo de libros, y dedica el poco tiempo que le queda a viajar buscando nuevos ejemplares para su negocio.
Hugo quería ser dibujante, pero al no lograrlo buscó trabajo como dependiente en una tienda de cómics.
En un mundo normal, sus caminos nunca se habrían cruzado, pero en éste, las cosas son muy diferentes. Cuando Valentina compra un inmenso lote de cómics, de los que no tiene ni la más mínima idea, le pide ayuda a Hugo para clasificarlos y valorarlos. Entre la guapa librera y el friki Hugo surge el amor. Pero ambos deberán luchar contra los prejuicios de sus amigos y parientes antes de poder disfrutarlo.