Lenin Ramos ha vuelto a la patria, a la geográfica y a la Mario Acuña Santaniello más íntima, de la que lo desterraron los afectos perdidos, la traición y el desencanto. Los militares, nuevos amos del poder, lo han traído a los funerales de su padre, un importante historiador relacionado con el chavismo cuya muerte a manos del hampa común no ha quedado del todo resuelta y se ha llevado consigo una verdad que Hugo Chávez había puesto en sus manos.
Lenin ha vuelto a un país que retrocede irremediablemente, pero volver requiere libertad, aunque esta sea una luz enceguecedora. En este viaje al pasado, el protagonista reencuentra sus culpas, su dolor y sus dibujos de Pulgasari, ese Godzilla proletario que retrata su nostalgia y que reaparece en hojas sueltas en la casa de su infancia.