Uno de los procesos y debates contemporáneos más trascendentes para el campo de la comunicación y la cultura es cómo proteger y promover, a través de políticas públicas y estrategias público-privadas, la diversidad de los bienes y servicios audiovisuales en un contexto de digitalización creciente de las industrias culturales. Si bien el desarrollo de las tecnologías digitales amplió las posibilidades para la producción, distribución y consumo cultural, no es menos cierto que existen peligros para su diversidad. Por ejemplo, el de la posición dominante que han ido ganando corporaciones como Google, Amazon, Facebook o Apple.