A partir del siglo XVII el grandioso arte del Renacimiento va tomando matices nacionalistas y de cierta exageración que se expresan en cada nación de una manera muy distinta. Es el estilo que se denomina habitualmente barroco y que presenta más diferencias que las que aparecían en el Renacimiento. Italia destaca de nuevo en este estilo artístico con la misma fuerza que en otras épocas.